Introducción

medicina popular en el pirineo navarro

yo empecé a escribir con don Juan Segura quizás, aunque en segundo don Juan era profesor de latín, no sé, recuerdo muy bien que en tercero me corregía las composiciones castellanas don Juan Guerendiain con unas notas más bien altas y unas frases de aliento que yo esperaba con ansiedad día tras día, en cuarto don Vicente Villabriga, que todavía vive y tiene por cierto el pelo muy blanco, me hizo construir una catilinaria sobre el modelo de la de Cicerón en defensa del cardenal Mindzenti creo que lo he escrito bien, aquello fue horrible, no hubo manera de preparar exámenes con aquella catilinaria delante y temí durante semanas el suspenso, en quinto a parte de pasar a los mayores es decir a habitación individual y clases de filosofía en latín, me pusieron en manos de don Julián Espelosín que murió pronto, que me dió a leer a Juan Ramón Jimenez y a Rabindranah Tagore creo que lo he escrito bien, aquello fue el cielo azul en un horizonte plomizo de libros de misioneros y clases de retórica, era tal el entusiasmo que despertaron en mí las primeras muestras de literatura, que apuntaba en unos papeles pequeños las palabras nuevas y las repasaba a escondidas en filas o mientras los otros corrían tras el balón, eran los terribles años de 1942 y siguientes, sin más posibilidad universitaria para la clase media de la Ribera que el Seminario Conciliar, desde entonces las letras han sido mi vena secreta pujando por salir, no ha podido salir mi vena secreta hasta 1970 y concretamente en la prensa donostiarra, yo soy conviene que lo sepa donostiarra de Falces, entre Falces y Pamplona nací a la vida y a la palabra y en la ciudad de Sansebastián a la letra impresa, lo primero que he publicado bien que en edición privada ha sido una cosa de unas 80 páginas con el título de Esparza de Salazar, de la que ha salido esta conferencia, un documento escrito con mucho cariño sobre algunos aspectos de la medicina popular de Esparza y hasta del valle de Salazar, como excusa para una primera aproximación a la literatura oral de aquella gente y sobre todo a su memoria, a la memoria de la casa plegada a las faldas de Abodi, sí, en la Montaña de donde venimos todos he empezado mi obra literaria y de la Montaña he de bajar poco a poco a la Ribera, a Falces exactamente donde está la casa de mis padres ahora de mis hermanos y algunas casas más a su alrededor, mientras tanto he publicado 600 páginas de una Guía Secreta de Guipúzcoa, que no es otra cosa que una inmersión en el secreto de unas casas del Goyerri, Beterri y Costaldea de aquí, que viene a ser la Montaña, Zona Media y Ribera de ahí, así es como voy adentrándome paso a paso en la entraña del país, este país siete veces país que yo trato de desvelar en las partes del Reyno que me crió, y de la Provincia que me recreó